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Profra. Consuelo Jiménez

martes, 14 de diciembre de 2010

ZAPATA

Emiliano Zapata Salazar (8/ago/1879-10/abr/1919),  líder máximo del Ejercito Libertador del Sur,  el noveno de diez hijos, huérfano a los 13 años, campesino y arriero,  jinete domador, jefe de los sin tierra, hombre honesto llamado por sus enemigos “Atila de Morelos”, “el orangután”, “el que come carne cruda y roe huesos” “el caudillo del sur”,  empero los campesinos  expresaron por medio de su persona la reivindicación agraria, poniendo entre dicho el sistema hacendario,  otrora orgullo del México porfiriano.
Los zapatistas constituyeron una organización con profundo arraigo popular,  independiente del estado y antagónico a él, basaban sus decisiones entorno a asambleas. Por medio de su organización liquidaron latifundios, nacionalizaron sin pago los ingenios azucareros,  devolvieron a las comunidades las tierras robadas impunemente por siglos,  restituyeron el uso de aguas, cambiaron a las autoridades locales, impusieron prestamos forzosos a los comerciantes y hacendados y tomaron en sus manos la producción en los latifundios.
El plan de Ayala, en apariencia sencillo, en sus puntos nodales mantiene un carácter profundamente revolucionario, pues por un lado “nacionaliza todos los bienes de los enemigos de la revolución”, es decir de los terratenientes capitalistas y por otro resuelve que los pueblos campesinos entraran en posición de su tierra inmediatamente y que “las conservarán con las armas en la mano”.
En esta lógica quienes eventualmente podían acudir a los tribunales “al terminar la revolución” son los terratenientes, mientras los campesinos mantienen la posesión de la tierra, es decir  se revierte la juridicidad vigente, son las mismas masas las que deciden la cuestión de la tierra,  con las armas en mano, mediante sus propios órganos y sus propios métodos, sin esperar  leyes futuras ni delegar en otros su poder de decisión. Al revés de todas las leyes agrarias burguesas, incluidas  las posteriores de Carranza que obligan a los campesinos a acudir a los tribunales para hacer valer sus derechos a la tierra y esperar años el fallo judicial. 

                                        
                                           Jazmín Lizbeth Gómez Santana
 

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